Algunos extractos breves de Mujeres Silenciadas
Por Theresa Burke with David Reardon
Esta sección está en el capítulo 10 - que explora el tema de la recreación del tramática
El Misterio, el Drama, la Recreación del Trauma
Dado que el sexo y el aborto están íntimamente conectados,
no es infrecuente que tanto las mujeres como los hombres externalicen
el trauma del aborto a través de encuentros sexuales reales o imaginarios.
Como ejemplo de lo anterior, Rowena se hizo adicta a las “cyber-aventuras”
después de una experiencia traumática de aborto. Para Rowena el cyber-sexo era
“seguro”, ya que no la exponía a otro embarazo y aborto. Lo que es más, a través
de estas fantasías en la sala de chat, que incluían grandes dosis de opresión
sexual, esclavitud y humillaciones, le era posible recrear temas que reflejaban
su trauma relacionado con el aborto. La obsesión de Rowena por el cyber-sexo servía
de válvula de escape de las tensiones no resueltas relativas a su aborto, a la vez
que le proporcionaban un entorno “seguro” al que podía volver para explorar sus
sentimientos sobre ser manipulada, humillada y tratada como un objeto sexual.
Los hombres también son vulnerables. Peter tenía 17 años cuando su novia abortó en
contra de la voluntad de Peter. Esta experiencia le dejó sintiéndose avergonzado e impotente.
Cuando más adelante se casó, mantuvo el aborto en secreto de su mujer. Aunque quería mucho a
su mujer, la carga añadida de mantener sus sentimientos en secreto creó tensión adicional en su
vida. En un intento inconsciente de externalizar sus sentimientos de ira, vergüenza e impotencia
en privado, Peter se hizo muy adicto al cyber-sexo y se obsesionó por la pornografía. Uno de los
temas dominantes de sus fantasías era la dominación y el abuso femenino; esto reflejaba una necesidad
inconsciente de explorar y dominar su propio sentido de vergüenza e impotencia.
Peter acudió a mí para recibir asesoramiento matrimonial y finalmente compartió su triste secreto
con su mujer. Participaron juntos en un retiro de La Viña de Raquel de terapia post-aborto, en el
finalmente le permitió a su mujer que le consolara y apoyara. La adicción de Peter a la pornografía
en Internet se solucionó a medida que avanzó en el proceso de desmantelar su secreto y llorar la
pérdida de su hijo abortado. Al compartir este camino de sanación con su mujer, Peter descubrió una
nueva intimidad y confianza en ella que eliminó su dependencia en el engaño y la pornografía.
Invención de Crisis
Otra forma común por la que las víctimas del trauma buscan de forma subconsciente liberarse
de su estado emocional aletargado es provocando conflictos en el trabajo o en casa. Una persona
depresiva puede invitar una crisis a su vida de forma diaria y después preguntarse con impotencia,
“¿Por qué he hecho esto?” o “¿qué me ha podido llevar a permitir que pase esto?” Para la mujer u hombre
post-abortivo, estas preguntas reflejan las preguntas que flotan en su experiencia de aborto.
Además, al provocar la crisis, la víctima de trauma se ve forzada a concentrarse en resolver la
crisis del momento. Esto distrae a la persona del auto-examen y de la tarea de dolor necesarias
para la sanación. Recuerdo a Roberta, a quien pillaron robando de la caja registradora con la que
trabajaba. Ella negó las sospechas de su jefe durante seis meses hasta que instalaron una cámara
de video para pillar al ladrón. Al enfrentarse a la evidencia, Roberta se derrumbó y explicó que
pensaba que se merecía el dinero para compensarla por todo lo que había sufrido.
El aborto traumático de Roberta la había dejado con la sensación de que le habían arrebatado
a su hijo injustamente. Este fue el tema de recreación que fomentó los pensamientos de robo.
Dado que su hijo, de un valor inestimable, le había sido “robado”, razonaba, entonces qué había de
malo en que ella robara algo de mucho menos valor de su empresa – después de todo, se “merecía” una
compensación por su pérdida. De una forma difusa, sentía que los demás le debían algo para que llenara
el vacío de su corazón.
Una forma obvia en que la gente puede provocar una crisis es creando conflicto en sus relaciones
personales. Por ejemplo, varios años después de abortar, Doris empezó a evitar a su marido aunque
insistía en que le quería mucho. Llamaba a su marido y le decía que iba a quedarse a trabajar hasta
tarde y que estaría en casa poco después de coger algo para comer. Pasaban horas hasta que regresaba
a casa. A veces simplemente se pasaba el tiempo conduciendo en su coche o visitando a una buena amiga.
Entonces Doris entraba en su casa sigilosamente, con frecuencia después de medianoche.
El previsible resultado fue que su marido pronto empezó a experimentar sentimientos de desconfianza
y una rabia creciente con su comportamiento. Pronto empezó a sospechar que estaba teniendo una aventura.
Doris insistía que tan solo estaba trabajando y presentaba coartadas con testimonios de testigos. Aunque
seguía jurándole su amor y fidelidad, sus acciones seguían provocando sus celos y sentimientos de abandono.
Doris se quedó desconcertada y abatida por el dolor cuando finalmente él se marchó de casa.
Por un lado, Doris estaba recreando la misma dinámica que le había traumatizado cinco años antes cuando
abortó. En este caso, Doris estaba forzando a su marido a experimentar las mismas emociones que ella había
experimentado después de abortar, cuando su anterior novio empezó a evitarla. Entonces, cuando su marido se
marchó de casa, sus propios sentimientos de abandono fueron recreados y ella experimentó una dosis doble de dolor
Yo realmente quería a mi marido. Posiblemente haya sido lo mejor que me ha pasado nunca. Quería tener
hijos con él porque pensaba que sería un buen padre. Mirando hacia atrás, creo que no me sentía digna
de su amor, y me sentía insegura y temerosa respecto a los niños. Saboteé la relación ... No es que quisiera
hacer que me dejara ... aunque esa fue la consecuencia de mi estúpido comportamiento. No lo entendí mientras
lo estaba haciendo, pero ahora está tan claro como el agua
La exteriorización de Doris sirvió para crear una distancia emocional con su marido. Esta fue una forma
efectiva de evitar el embarazo que temía. La rutina de volver a casa tarde dejaba poco espacio para una vida
sexual romántica. El tiempo que pasaron juntos en pareja estaba consumido por riñas, discusiones e inseguridades,
y de esta forma eliminaba cualquier posibilidad de tener un hijo.
Este es tan solo un ejemplo de cómo la gente crea crisis en sus vidas para distraerse de su dolor o
temores. Las crisis de Jenny, por ejemplo, siempre estaban relacionadas con el trabajo.
Después de abortar me empecé a desmoronar en el trabajo. Me sentía mal porque mi rendimiento no
estaba a la altura. Empecé a llevarme trabajo a casa y me quedaba despierta toda la noche intentando
acabarlo. Cada vez me daban más y más trabajo. Debido a mi sentimiento de culpabilidad, lo hacía.
Pocas personas de las que conozco se exigirían o exigirían a otros llevar a cabo las tareas de un
trabajo exigente después de perder a alguien cercano. Jenny se imponía tareas imposibles porque así
evitaba enfrentarse a su propio dolor. Cada crisis de medianoche y fecha límite que la absorbía le hacían
liberar una oleada de adrenalina que le permitía terminar sus proyectos y evitar tener que enfrentarse con
su jefe. Se volvió adicta al trabajo, que le proporcionaba un alivio temporal de la depresión.
Para muchas mujeres post-abortivas, las tendencias a la adicción al trabajo y la obsesión por sus
carreras también reflejan que renunciaron a sus hijos por sus profesiones. Dado que sus carreras fueron
compradas a tan alto precio, se obsesionan por el éxito para demostrarse a sí mismas que su elección de
abortar no fue un error.
Con el tiempo, los efectos de un estilo de vida adicto al trabajo, no obstante, pueden dejarle a uno
emocional y físicamente vacío. La carrera de Jenny la controlaba a ella, en lugar de darle una sensación
de control y equilibrio en su vida.