Los retiros de fin
de semana del Viñedo de Raquel son una oportunidad para salir de
la presión diaria del trabajo y la familia y enfocarse en este
doloroso tiempo de su vida mediante un proceso de apoyo en el
que no se juzga. El tiempo en que están en retiro, les da una
oportunidad de entrar a profundidad en el proceso de sufrimiento
y de identificar todas las formas en las que su aborto haya
podido afectarlos.
El
Viñedo de Raquel tiene una buena cantidad de
poderosos ejercicios los cuales le permiten al alma
hablar de su sufrimiento y su dolor. Los ejercicios
ayudan a conectar a los participantes con su voz
interior, con los demás, y con el amor y la
compasión de Dios. Los ejercicios del retiro ayudan
a los participantes a aceptar el perdón hacia ellos
y hacia los demás. También hay una oportunidad para
reconectarse con los niños abortados a un nivel
espiritual, para darles el honor y la dignidad
mediante muchos y creativos ejercicios espirituales
al igual que mediante un servicio conmemorativo.
Se
trabaja mucho en ese fin de semana, pero aquellos
que están dispuestos a pasar por su dolor
experimentarán el poder de la resurrección en sus
propias vidas. Encontrarán significado en lo que ha
pasado y le permitirán a Dios transformar la
experiencia en algo que da esperanza, libertad y paz.
El
Viñedo de Raquel es para aquellos que intuyen que la
vida es una semilla preciosa que se nos ha dado para
ser cultivada. Reconocemos la pérdida de esa vida
que no se puede reemplazar y el dolor que viene de
renunciar a esa vida tan íntimamente conectada a
nosotros.
El
Viñedo de Raquel es para aquellos que tratan de
encajar la normal manifestación del dolor en un
mundo que preferiría dejarlos adormecidos y ciegos,
para mantenerlos alejados de la verdad.
Su propósito es
permitir que el proceso
de dar a luz
uno mismo y
la fe para
seguir adelante,
en lugar de
ser
aplastada
por la retórica,
la negación y
la evitación.
Se
provee un ambiente seguro,
amoroso
y sin prejuicios
para buscar en el
tejido de nuestras vidas,
en lo más profundo
del alma,
la oportunidad de ser
apoyados a través de
luto y la pena
y un camino
iluminado
para descubrir
el perdón y la
reconciliación.
Luto y
duelo
son hitos
necesarios que
deben pasar
para que nuestra vida
pueda continuar.
Cuando
se complete este proceso
no
es
re-nacimiento
y la resurrección.
Hay una vida nueva
dentro de nuestro espíritu
que nos da esperanza
en el futuro.
Hay una
oportunidad de explorar
nuestras vidas
y apreciar
nuestra fragilidad
humana.
A través de
un encuentro muy
personal e íntima
con el Dios viviente,
llegamos a saber
que Dios
conoce y nos ama
a pesar de nuestras
debilidades
y fracasos
humanos.
