Para mi Hija
Se sintió un olor a rosas,
Pero había una rosa que yo no podía ver,
Enseguida supe que tenía que ser mi ángel bebita llamándome…
Cerré mis ojos y entonces la vi,
Tan clara como podía,
Corría con sus brazos extendidos,
Corriendo, regresando a la casa junto a mí.
Su pelo era largo y se agitaba,
Tenía rizos en la cara,
La barbilla hendida,
la sonrisa de un querubín
Y un pequeño y tierno abrazo.
Mamá, mamá, ven a jugar,
He esperado todo este tiempo,
Volvió su pequeña cara hacia mí
Y vi que reflejaba la mía.
Bailamos y reímos y corrimos
tras las hojas sopladas por el viento,
ven querida mamá , ven y mira
a mis amigo más cercano y querido.
Miré más allá del sombrío arroyuelo
Y calladamente entendí,
Su querido amigo, mi tierna amiga,
Era Jesucristo Nuestro Señor.
En silencio susurré “Gracias Señor,”
Por favor cuídala,
Abrázala con tus tiernos brazos
Y cuídala hasta que yo llegue allá.
Angela