Fantasma en la Casa 
                
				Ven, niño, está cayendo la tarde
				Ven a mí y siéntate conmigo una vez más.
				Vamos a mecernos aquí mientras los otros duermen.
				Vamos a ver, tu hermana tiene cuatro años; 
				El bebé cumple tres meses hoy;
				Tu hermanito pequeño tiene dos años,
				Y todavía no he decidido si les hablo de ti. 
                
				Y tú, tú cumplirías ocho años este año.
				No se cómo te llamas,
				El color de tus ojos, o de tu pelo,
				O dónde o cómo culpar.
				El miedo fue todo, el miedo a cambiar,
				Porque vi el cambio como una pérdida.
				Contra mis sueños, mis planes, mi vida
				Tú parecías un precio tan pequeño,
				Sin saber que tu presencia 
				alteró cómo pensaba y sentía,
				sin saber cómo me cambiaste a mi
				con la mezcla que trajeron las hormonas.
				Y tú no fuiste un hijo para mí 
				Sino enfermedad, dolor y miedo –
				Pero oh, te conozco, te conozco ahora, 
				¡Ahora que estos tres están aquí!
				Tu olor, tu peso entre mis brazos,
				Tu cabeza sobre mi pecho –
				No sabía estas cosas cuando decidí qué era lo mejor.
				Y estoy perdida y confundida
				Y no se cómo sentir,
				Por ti, que eras una enfermedad,
				Cada año se hace más real;
				Tu hermana y tus hermanos
				Te proclaman al crecer.
				Ellos hacen más difícil el enfrentar
				La fría verdad que yo conozco:
				El sentimiento de saber solamente
				Lo que sabía y sentía entonces,
				No puedo decir que no tomaría
				esta triste decisión otra vez.
				¡Oh! Mi pequeño desconocido que perdí,
				Mi primero y mi no nacido,
				¡Perdona la ignorancia que te mandó
				A lo oscuro sin ser llorado!
				Y no, no es todos los días
				Que encuentro tu sombra aquí;
				La mayor parte del tiempo estoy muy ocupada
				Para reflexiones o para lágrimas,
				Pero algunas veces, cuando los niños duermen
				Y tengo tiempo para mí a solas.
				Me siento en la oscuridad, y me siento en la mecedora,
				Y traigo mi bebé a casa.
				©2000 Amanda Lewanski